martes, 31 de marzo de 2009
El muro de Berlín
Gracias a los anuncios de las radios y televisiones de la RFA y Berlín Oeste bajo el título "¡El Muro está abierto!", muchos miles de berlineses del Este se presentaron en los puestos de control y exigieron pasar al otro lado. En esos momentos, ni las tropas de control de fronteras ni los funcionarios del ministerio encargados de regularlas estaban informados. Sin una orden concreta, sino bajo la presión de la gente, el punto de control de Bornholmerstrasse se abrió a las 23.00, seguido de otros puntos de paso, tanto en Berlín como en la frontera con la RFA. Muchos telespectadores se pusieron en camino. A pesar de todo, la verdadera avalancha tuvo lugar a la mañana siguiente. Muchos durmieron toda la noche para asistir a la apertura de la frontera a la mañana siguiente, 10 de noviembre.Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población de Berlín Oeste. La mayoría de los bares cercanos al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí. En la euforia de esa noche, muchos berlineses occidentales escalaron el muro. Cuando se conoció la noticia de la apertura del muro, se interrumpió la sesión vespertina del Bundestag en Bonn y los diputados entonaron espontáneamente el Himno de Alemania.El 9 de noviembre, los berlineses llevaron a cabo la destrucción del muro con todos los medios a su disposición (picos, martillos, etc.). El virtuoso del violoncello Mstislav Rostropovitch, que había tenido que exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían. La fotografía de esta anécdota se volvería célebre.Posteriormente, el 21 de julio de 1990 en la Potsdamer Platz se realizó el The Wall Live (Directo El muro), promovido por Roger Waters y con la participación de estrellas de rock como Van Morrison, Scorpions, Ute Lemper, Marianne Faithfull, The Band, Cyndi Lauper y Bryan Adams se realizó para apoyar a la fundación Memorial Fund For Disaster Relief creada para paliar los impactos de cualquier guerra o desastre natural sobre todo en Europa. Estructura de las instalaciones en las fronterasEl Muro de Berlín fue completado durante la fortificación exhaustiva de las fronteras de la RFA y – en menor proporción – de otras fronteras occidentales de los países del Pacto de Varsovia, haciendo palpable el llamado Telón de acero. Como el resto de fronteras, el Muro de Berlín estaba provisto de un sistema muy completo de alambre de espino, fosos, barreras antitanque, recorridos para patrullas y torres de vigilancia. A principios de la década de 1980 se habían empleado cerca de mil perros policía. Este sistema fue extendido en las décadas siguientes. Particularmente, las casas cercanas al Muro se vaciaron después del amurallamiento. Este proceso continuó hasta el 28 de enero de 1985, día en el que se demolió la Iglesia de la Reconciliación en Bernauerstrasse. De esta forma se formó una franja alumbrada en la densa y oscura ciudad de Berlín.Según el Ministerio de Seguridad Nacional, en la primavera de 1989 el muro estaba formado por: 41,91 km de muro de una altura de 3,60 m 58,95 km de muro prefabricado de una altura de 3,40 m 68,42 km de alambre de espino con una altura de 2,90 m 161 km de calles iluminadas 113,85 km de vallas 186 torres de vigilancia 31 puestos de control De la frontera de 156,4 km de Berlín Oeste, 43,7 km colindaban con Berlín Este y 112,7 km con Bezirk Potsdam. 64 km de del recorrido estaban en áreas edificadas, 32 km en zonas boscosas, 37,95 en descampados y 37,95 km en ríos y lagos.Las tropas fronterizas de Alemania del Este tenían órdenes de impedir por todos los medios la evasión de cualquiera que intentara cruzar el muro, incluido el uso de armas de fuego, aun a costa de la vida de los fugitivos. En el Muro de Berlín, las órdenes de disparar se dieron numerosas veces; el número de muertes supera la media de las producidas en las fronteras de la RDA. En festividades importantes o visitas de estado, la orden de disparar a los fugitivos se interrumpía temporalmente, para evitar las críticas de la prensa occidental. En Berlín Oeste, la policía y las fuerzas militares aliadas observaban las actuaciones en la frontera oriental y se registraban las más graves. Construcción de las instalaciones fronterizasEn su estado final de construcción, a finales de la década de 1989, las instalaciones fronterizas consistían en: Un muro de hormigón de 2 a 3 m de alto. Una alarma que detectaba el contacto con el suelo. Una barrera de contacto de tela metálica más alta que un hombre, con un tendido de alambre de espinas y una alarma de contacto. Hasta su apertura en el año 1989 hubo además, en algunas partes, recorridos con perros policía (pastor alemán que podían correr libremente, aunque sujetos a una guía de cuerda), barreras antivehículo y antitanque (erizo checo), cuya desmantelación costaría posteriormente miles de millones de marcos al estado. Un camino (iluminado de noche) para el acceso a los puestos de guardia y la circulación de las columnas militares. Torres de vigilancia (302 en 1989) equipadas con proyectores de búsqueda, que vigilaban los puestos fronterizos de día, y con un refuerzo de soldados durante la noche. Pistas de control, siempre escarificadas, que servían para recoger las huellas de los fugitivos, y que no debían ser pisadas por los soldados. Barreras de separación suplementarias, que superaban la altura de un hombre, y a través de las cuales se podía ver en oblicuo. El Muro propiamente dicho, de 3,75 m de altura, con un lado en Berlín Occidental. Algunos metros de territorio pertenecientes a la RDA. La anchura total de las barreras fronterizas variaba entre 30 y 500 m (en Potsdamer Platz). Al contrario que en las fronteras interiores con la RFA, no se dispusieron campo de minas ni pistolas automáticas (aunque en general esto no se conocía en la RDA).Los detalles de las instalaciones, diseñadas por las tropas fronterizas como zonas de acción, estaban bajo secreto militar y eran, por tanto, desconocidas por los ciudadanos de la RDA. Las tropas fronterizas debían de guardar silencio. Como nunca sabían si se encontraban con un agente de la Stasi, siempre guardaban silencio. Cualquiera que se interesaba por las instalaciones fronterizas se arriesgaba, al menos, a ser arrestado y enviado a los puestos de policía para un control de identidad. El resultado podía ser una condena en prisión por planificación de evasión. Estaba prohibido visitar la zona inmediatamente anterior a la frontera sin una autorización especial.
lunes, 30 de marzo de 2009
Picasso
V2
El Vergeltungswaffe 2 (V2), conocido como A4 en su fase de desarrollo, fue el primer misil balístico del mundo usado por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Diseñados por Wernher von Braun, muchos de estos misiles fueron disparados desde las costas francesas hacia Londres con el fin de provocar la mayor devastación posible, así como minar la moral del enemigo. Sucesor de la V1 (que era un misil de crucero), este diseño no vio la luz hasta muy avanzada la guerra, por lo que tuvo poco impacto real en ésta.El V2 fue uno de los avances más relevantes en tecnología armamentística logrados hasta ese momento. Sin embargo, no pudo cambiar el curso de la guerra, que ya había tomado, en 1944, un giro decisivo hacia la victoria aliada. AntecedentesLos experimentos sobre cohetes de combustible líquido comenzaron en Alemania en los años 1920 guiados por la sociedad para vuelos espaciales «Verein für Raumschiffahrt» (o «VFR»), entre cuyos miembros se hallaba el joven Wernher von Braun (1912-1977).Luego, en 1934, estos trabajos originalmente civiles se transforman en actividad oficial financiada y controlada por la Wehrmacht bajo la dirección del capitán, luego general, Walter Dornberger, otorgándoseles unas instalaciones de investigación en Kummersdorf, Brandeburgo. En 1937 el equipo se mudó a Peenemünde, sobre la costa báltica, con Dornberger como jefe y Von Braun como director técnico.Estos científicos buscaban incrementar la eficacia de los cohetes y convertirlos en armas viables. Con este objeto se realizaron una serie de vehículos de prueba propulsados por alcohol y oxígeno líquido (entre los que se incluyen el «Aggregat Eins» o A1, el A2 y el A3), así como exhaustivas pruebas estáticas. V2Hacia 1935, el proyecto principal era la construcción de un gran cohete de artillería, para el que se escogió la denominación de «A4». Para lograrlo se probarían las características del diseño y diversas técnicas de control en un modelo a escala: el «A5». De esta forma, a fines de 1941 el A4 estuvo terminado y el 13 de junio de 1942 se probó el primer ejemplar, que no levantó vuelo, cayó sobre un lado y explotó. El segundo ejemplar, lanzado el 16 de agosto de 1942, voló 45 segundos hasta que comenzó a oscilar y finalmente se partió en el aire. El tercer misil realizó el 3 de octubre del mismo año el primer vuelo completo exitoso, alcanzando una altura máxima de 85 km y cayendo a una distancia de 190 km.El canciller alemán Adolf Hitler, entusiasmado por el suceso, ordenó la producción masiva del A4 con el nombre de «Vergeltungswaffe 2» (arma de represalia número 2) o simplemente «V2», destinado para atacar Londres y el suelo británico porque no valía para objetivos militares, dado que eran difíciles de precisar. CaracterísticasDatos del A4Longitud 14,05 mVelocidad 5790 km/h en el apogeoDiámetro 1,68 mGuía inercialPeso de lanzamiento 12,87 tnMotor motor cohete de 26 tn de empuje a nivel del marAlcance 320 kmOjiva convencional de 910 kgEl V2 se había concebido como una extensión de la artillería y por ello se planeó como un arma móvil. En aras de eso su tamaño era el máximo que podía pasar a través de un túnel ferroviario. El misil se trasladaba en un transportador-erector de ruedas llamado «Meilerwagen», el cual poseía un sistema hidráulico que elevaba el misil hasta colocarlo en ángulo de 90° en una base giratoria sobre un dispositivo de lanzamiento. El Meilerwagen, a su vez, era remolcado por un vehículo tractor. El equipo completo necesitaba otros 30 vehículos que marchaban en convoy (generalmente por las noches) transportando los propergoles, la ojiva, una grúa móvil para montarla, utensilios de mando, control y equipo autógeno para suministro eléctrico, entre otras cosas.En la parte superior del misil se hallaba la ojiva, que pesaba 975 kg, de los cuales 910 eran la carga explosiva. La sustancia explosiva era amatol, un producto sin riesgo de explosión prematura incluso cuando el A4 realizaba la reentrada en la atmósfera y la envoltura exterior de acero templado se ponía al rojo vivo (600° C) a causa del rozamiento con el aire.El sistema de guía era simple: una vez que el cohete se hallaba en posición de lanzamiento, la plancha superior de la plataforma de lanzamiento era girada hasta que el misil se alineaba exactamente en acimut con la dirección del objetivo. Luego del lanzamiento, dos giróscopos Lev-3 y acelerómetros integrados (que componían la guía inercial del ingenio) inclinaban el cuerpo del misil en el ángulo necesario y cortaban el motor principal a la velocidad precisa, de forma que su trayectoria balística asegurase llevarlo al objetivo. El apogeo se situaba normalmente en los 96 km (que entonces representaba la mayor altura alcanzada por cualquier objeto construido por el hombre).Al ascender, los A4 se inclinaban lentamente hasta alcanzar un ángulo de 40° o 45 en relación a la vertical, dependiendo de la distancia a que se hallara el blanco. Luego, al cabo de 68 segundos, una vez establecida la trayectoria se cortaba el motor. El tiempo total de vuelo desde el despegue hasta la caída era de unos cuatro minutos.El control se realizaba mediante cuatro deflectores de vectorización de flujos (aspas) de grafito situados en el reactor, que le daban estabilidad al misil, y mediante pequeños timones aerodinámicos instalados en las cuatro grandes aletas, que eran efectivos una vez alcanzada gran velocidad.El motor cohete del A4 era alimentado con oxígeno líquido y alcohol a alta presión mediante una turbobomba Walter de 730 HP que funcionaba con vapor recalentado, generado en una cámara de reacción por C-Stoff (solución de permanganato de calcio) y T-Stoff (concentrado de peróxido de hidrógeno). Una vez que la turbobomba arrancaba, comenzaba a trasegar los propergoles con el paso del oxígeno líquido a través de un distribuidor dirigido a los inyectores en la cámara de combustión, y el alcohol alcanzando esos mismos inyectores a través de la doble pared de la tobera, a fin de proporcionar la refrigeración esencial.La ignición de los propergoles era eléctrica, mediante un puente. Después de que el motor se encendía, el A 4 funcionaba durante unos instantes antes de comenzar el vuelo. Pero cuando salía de la plataforma de despegue, la aceleración era cada vez mayor conforme el consumo de combustible hacía que se redujese el peso y aumentase el empuje. El A4 fue en primer misil en superar la velocidad del sonido.El tiempo de reacción desde la llegada a un emplazamiento no preparado era de unas 6 horas. Los lugares se escogían cuidadosamente a fin de obtener la posición geográfica exacta para calcular el acimut preciso del objetivo. Esos lugares eran casi siempre claros de bosques que daban protección frente al reconocimiento aéreo y también guarecían al cohete del viento.Una vez llegado al lugar de lanzamiento, el misil era izado hasta la posición vertical; luego el vehículo de transporte se alejaba, con lo cual el acceso al misil se realizaba a través de una plataforma de 14 m de altura. Después comenzaba la carga del alcohol etílico (3750 kg), y el personal revisaba los giróscopos y acelerómetros en el compartimiento de guía. En éste punto se alineaba al misil con el acimut del objetivo. Esto era seguido por numerosas comprobaciones y mediciones. En las dos últimas horas se bombeaba el oxígeno líquido (1970 kg), intensamente frío, al interior con sumo cuidado. Finalmente se cargaban los fluidos para accionar la turbobomba. Una vez cargados estos últimos, el A4 era tratado con la mayor de las precauciones. En los minutos finales se activaba el sistema de telemetría (instalado ocasionalmente para registrar la trayectoria conseguida) en conexión con cuatro antenas situadas en los extremos de las aletas; en ese momento ya se encontraba listo para el lanzamiento. Producción y uso. La producción preliminar del A4 comenzó en una planta situada al sur de Peenemünde a fines de 1943, pero la producción masiva fue encargada a la colosal fábrica subterránea Mittelwerke, donde 50.000 trabajadores forzados produjeron 300 unidades en abril de 1944 y más de 1.000 en octubre.La utilización del A 4 en la guerra comenzó el día 6 de septiembre de 1944, cuando el ejército contaba ya con 1.800 misiles almacenados y estaban listas las unidades especializadas en el empleo del ingenio. Ese día se realizaron dos disparos contra París, pero resultaron poco precisos.El adiestramiento de los operarios de lanzamiento tenía lugar principalmente en Karpatenvorland; allí fueron disparados, entre enero de 1944 y febrero de 1945, unos 600 A4 en entrenamientos. El 8 de septiembre comenzó el ataque contra Londres. Al principio, el gobierno británico comunicó al público que las explosiones eran causadas por tuberías de gas defectuosas. Sin embargo, a los pocos días se tuvo que admitir la verdad. La propaganda nazi reveló entonces la existencia del arma de represalia número 2 o V2.Al contrario de lo que sucedía con las V1, las V2 eran invulnerables, pues alcanzaban velocidades supersónicas y ni los cazas más veloces de la época podían interceptarlas, ni la artillería antiaérea podía derribarlas. Además, al dispararse desde lanzadores móviles, la localización de sus bases resultaba bastante problemática. La altura y la velocidad alcanzada por las V2 hacía, asimismo, que fuera prácticamente imposible detectarlas con el radar de la época. Cierto es que al momento de lanzamiento el misil podía ser visto por pilotos aliados (que tenían el completo dominio de los cielos entonces), pero aunque varios cazas enemigos intentaron destruir los A4 durante su despegue, ninguno lo consiguió. En suma, los alemanes habían creado un arma contra la cual no había defensa posible.Desde el 8 de septiembre de 1944 al 27 de marzo de 1945 (en que cayó la última V2 sobre Inglaterra) fueron lanzadas contra territorio aliado unas 4.320 V2; de ellas, más de 1.400 se dirigieron contra Inglaterra, de las cuales 1.054 alcanzaron su objetivo y las restantes explotaron en algún punto a lo largo de su trayectoria, o bien se cometieron gruesos errores de dirección. En 1945 se dispararon 1.675 V2 contra Amberes y las fuerzas aliadas en Aquisgrán. La producción total de V2 superó las 10.000 unidades antes de que la guerra acabase.Los daños causados por el impacto eran similares a los de las V1, salvo que las pérdidas fueron superiores a causa de la falta de aviso. Esto se debía a que, al estrellarse a velocidades supersónicas, no se percibía ningún ruido de aproximación. Así, luego de oírse la ensordecedora explosión llegaban largos estrépitos que se apagaban, igual que los truenos.Para incrementar el alcance de la V2 a 750 km se diseñó el A4b, dotado con alas en flecha y timones aerodinámicos más largos. Dos ejemplares fueron probados entre fines de 1944 y comienzos de 1945 con escaso éxito.Otro diseño futurista fue el denominado A9/A10, que preveía un misil de dos fases, del doble del tamaño del A4, que tendría un alcance de 4.800 km y podría haber sido el primer misil balístico intercontinental.
Batalla de Montecassino
La Batalla de Montecassino (también conocida como la Batalla por Roma y la Batalla por Cassino) fue una serie de cuatro duras batallas durante la Segunda Guerra Mundial, peleadas por los Aliados con la intención de atravesar la línea Gustav, y tomar Roma.
A comienzos de 1944 la parte oeste de la Línea Gustav, cuyo pivote principal se situaba en las escarpadas pendientes de Monte Cassino, estaba sostenida por los alemanes que tenían posiciones en los valles de el Rápido, Liri y Garigliano y algunos picos y peñascos cercanos, aunque no en la histórica abadía de Monte Cassino, fundada en el año 524 por San Benito, aunque sí contaban con posiciones de defensa en las escarpadas pendientes por debajo de las paredes de la abadía. El 15 de febrero el monasterio, que estaba emplazado sobre un morro sobre el pueblo de Cassino, fue destruído por bombardeos de aviones americanos B-17, B-25, y B-26. Dos días después del bombardeo, paracaidistas alemanes se atrincheran entre las ruinas para defenderlas. Entre el 17 de enero al 18 de mayo, la colina fue atacada cuatro veces por las tropas aliadas, estas acciones ocasionaron la muerte de 54.000 soldados aliados y 20.000 soldados alemanes.
Antecedentes
Los desembarcos aliados en Salerno y Tarento en septiembre de 1943, continuaron con el lógico avance hacia Roma. Sin embargo, el avance fue lento, por lo que esta campaña se asemejó a los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, esto ocurrió debido al difícil terreno de la península itálica, ideal para que los alemanes se atrincheraran en sus defensas.
Los principales caminos desde Nápoles, el cuartel general aliado, hasta Roma pasaban a través del valle del Liri o por la costa oeste de Italia. Sin embargo, la entrada del valle estaba bloqueada por una colina, en cuyo centro se alzaba el pueblo de Cassino. El punto más alto de la colina (1.100 metros) fue elegido por los alemanes para detectar cualquier movimiento aliado, así como dirigir la artillería contra ellos con precisión. Precisamente en ese punto se encontraba la abadía de Montecassino. Después de la guerra los alemanes negaron rotundamente haber utilizado el monasterio como fortaleza, si bien algunas unidades aliadas declararon lo contrario. Lo cierto es que durante la batalla el monasterio fue destruido, y entonces los alemanes sí utilizaron las ruinas del edificio para resguardarse.
Ataques iniciales
El primer ataque se inició el 4 de enero de 1944, con resultados adversos para las tropas aliadas. El 15 de febrero los bombarderos aliados destruyeron el monasterio e iniciaron el segundo ataque con el mismo resultado. Después de bombardear de nuevo lo que quedaba del edificio religioso, la infantería aliada reinició el ataque el 15 de marzo. El 25 de marzo los aliados reconocieron su momentánea derrota y desistieron. Las bajas aliadas totales fueron de 54.000 hombres, sin resultados positivos.
La decisión de bombardear el monasterio fue tomada por el Comandante neozelandés Bernard Freyberg, sin embargo, antes pidió permiso al Papa Pío XII, que aceptó. El mismo día los B-17 arrojaron 2.500 toneladas de bombas sobre el monasterio, inmediatamente los alemanes utilizaron los escombros para fortificar su línea defensiva. Antes de la contienda, la irreemplazable biblioteca de la abadía fue enviada a Roma y sobrevivió a la batalla.
Impacientes por alcanzar Roma, los aliados organizaron un desembarco en Anzio y Nettuno, al sur de la capital, intentando dejar a sus espaldas a Montecassino, sin embargo la resistencia que encontraron fue mayor de la esperada, y las tropas aliadas quedaron atrapadas en un bolsillo, resistiendo la presión alemana en un episodio que luego se conoció como la Batalla de Anzio.
Cuarto ataque
El último ataque contra Montecassino fue llevado a cabo por el Segundo Cuerpo Polaco y la Cuarta División India. Un miembro de esta última división recibió la «Victoria Cross», por su ayuda en capturar la artillería enemiga.
El primer asalto (11 de mayo al 12 de mayo) causó enormes bajas aliadas, pero el Octavo Ejército Británico logró atravesar las líneas enemigas, logrando alcanzar el valle del Liri, justo debajo del monasterio.
El segundo asalto (17 de mayo - 19 de mayo) causó enormes bajas en las filas polacas, pero la Cuarta División de Marruecos logró empujar a la Primera División de Paracaidistas alemanes fuera de sus posiciones en las colinas, que rindieron las ruinas del monasterio. En la mañana del 18 de mayo, la vanguardia polaca ocupó el monasterio, que ya había sido abandonado.
La captura de Montecassino permitió el avance aliado a Roma y liberó a las tropas atrapadas en Anzio, la capital italiana cayó el 4 de junio de 1944.
El gobierno polaco en exilio creó una condecoración llamada Cruz de Montecassino para premiar a los soldados que participaron en esta campaña, además un cementerio polaco fue construido al noreste del monasterio.
En 1943 cuando el Mando Aliado decidió atacar la Línea Gustav alemana para abrirse camino hacia el norte de la Península Italiana, hacia Roma. Para obligar a los defensores de la línea a abandonar sus posiciones, se planeó un desembarco detrás de dichas posiciones, en Anzio. Los generales aliados Alexander y Clark se enfrentaban a Kesselring, quien estaba haciendo un extraordinario trabajo en la defensa de Italia, conteniendo y retrasando el avance enemigo en inferioridad numérica y bajo total superioridad aérea y naval enemiga.
La idea era desembarcar varias divisiones en Anzio a espaldas de la Línea Gustav de forma que obligara a levantar la línea y retroceder hacia Roma. El desembarco se haría en forma simultanea con un masivo ataque frontal a la Línea intentando la Commonwealth, los franceses, los polacos y los norteamericanos abrirse camino hacia el valle del Liri, y una vez en el Liri, hasta Roma.
Cassino era un pequeño pueblo italiano a orillas del Río Rápido en el centro de la Línea Gustavo, en una zona montañosa, coronado por un monte en donde se erguía una abadía y monasterio benedictino, del siglo VI.
Curiosamente, el monasterio no estaba ocupado por tropas alemanas. Las únicas unidades alemanas que cerraban el paso al Liri en Cassino se hallaban desplegadas en el pueblo, al haberse acordado por el mando germano que el monasterio era un monumento histórico y no debía ser convertido en fortaleza. Fue un error de apreciación aliado el que convirtió Monte Cassino en una fortaleza. Convencidos de que los alemanes habían fortificado el monasterio, lanzaron un terrorífico ataque aéreo sobre el mismo el 15 de febrero de 1944. En sus edificios, los únicos ocupantes eran monjes y civiles de Cassino que habían acudido a refugiarse en aquel santo lugar. (Esto no fue reconocido como un tremendo error por Estados Unidos hasta 1969).
El ataque consistió de ocho oleadas sucesivas, con 240 bombarderos lanzando casi 600 toneladas de alto explosivo sobre la abadía. Todos los edificios quedaron destruidos, y el lugar lleno de hoyos y cráteres.
Hasta el 11 de febrero, las tropas que defendían Cassino no eran paracaidistas, sino granaderos panzer de la 15ª división de la Wehrmacht. Ocupaban esas posiciones desde diciembre de 1943, y no tenían intención de entregarlas a sus enemigos.
Comienzo del ataque
Cuando se habla de Cassino todo el mundo recuerda la defensa llevada a cabo por los paracaidistas, pero sólo algunos saben que la primera fase de la defensa del área fue llevada a cabo por panzergrenadiers con notable éxito.
El 20 de enero de 1944, Clark ordenó que la 36ª División de infantería norteamericana junto a elementos de la Guardia Nacional de Texas, intentaran cruzar el Río Rápido. Clark había asumido que habría pérdidas elevadas, pero nadie imaginaba la carnicería que se produjo. Durante horas, la artillería estadounidense y su aviación táctica castigaron las posiciones de la 15ª Panzergrenadier (que además estaba incompleta porque algunos de sus elementos habían sido llamados como refuerzos en otros sectores del frente). Confiados en que el castigo habría sido terrible para los defensores, los infantes dejaron sus posiciones y comenzaron a preparar el cruce del Río con lanchas de asalto.
Cuando buena parte de las tropas norteamericanas estaban en esta tarea, los panzergrenadiers, que habían sabido cobijarse durante los bombardeos, abrieron fuego con armas automáticas y morteros. En pocos minutos, en la orilla sur del Rápido se amontonaban los muertos y heridos norteamericanos. Fue una carnicería tal, que sin ni siquiera haber alcanzado los puntos de cruce y abordado sus botes, los asaltantes ya sufrían un 25% de bajas.
Sólo unos pocos pelotones y compañías incompletas alcanzaron la orilla norte, pero una vez allí, quedaron aisladas buscando cobijo desesperadamente ante el aluvión de fuego que se les venía encima y no pudieron consolidar la cabeza de puente.
A pesar de las terribles pérdidas, el General Clark ordenó volver a intentar el cruce, asumiendo que los defensores alemanes también habrían sufrido pérdidas difíciles de reponer y ordenó un segundo intento de cruce la noche del día 21 al 22 de enero.
Amparados por la oscuridad, a pesar de las terribles bajas, un batallón completo consiguió alcanzar la orilla enemiga y tender dos puentes, pero los alemanes, dándose cuenta de que con los puentes operativos llegarían rápidamente refuerzos y perderían sus posiciones contraatacaron en mitad de la noche. Apoyados por cañones bien atrincherados que disparaban directamente contra las posiciones estimadas enemigas, los granaderos pulverizaron a los estadounidenses. Fue tal la matanza que del batallón, sólo sobrevivieron algunas compañías incompletas que para salvar la vida tuvieron que retroceder nuevamente hasta la orilla sur abandonando los puentes y el material.
La 15ª Panzergrenadier fue interrogada por el general Frido von Senger en relación a cuál era la situación y si podrían resistir el ataque enemigo. La respuesta fue: "Los destacamentos de asalto del enemigo que cruzaron el río han sido aniquilados". El Congreso de los Estados Unidos ordenó una investigación de lo sucedido creándose una Comisión de Investigación poco después de terminar la guerra.
Nuevo ataque de las tropas aliadas
Para que veáis la tozudez de Clark, nada más producirse el desastre de la 36ª División, el 24 de enero, el General Clark ordenó que el Rápido fuera cruzado de nuevo esta vez por la 34ª División, permitiendo reorganizarse a la 36ª.
Se eligió una zona del río donde la poca profundidad facilitaría el cruce de los infantes y el material, al norte del pueblo de Cassino. La idea era tras cruzar el Rápido, dividirse la fuerza en dos grupos, uno que atacaría Cassino y otro que intentaría alcanzar las colinas que dan paso al valle del Liri. Para apoyar a los atacantes, los norteamericanos decidieron emplear carros de combate con la 34ª Div.
Los alemanes, conocedores de que el enemigo intentaría cruzar el río, volaron una presa provocando un desbordamiento del río y convirtiendo ambas orillas en un lodazal. Cuando los carros junto con la infantería avanzaron hacia el río, veinte carros quedaron atrapados completamente en el barro y tuvieron que ser abandonados. A pesar de que esta vez se consiguió dominar parte de la orilla alemana, los grenadiers habían minado las laderas de las montañas que seguían al río, y construido varios puestos fortificados que se cobraron un fuerte peaje en vidas enemigas. Gracias al apoyo de los carros, los hombres de la 34ª Div. consiguieron alcanzar los arrabales de Cassino, pero allí fueron finalmente detenidos de nuevo por fuego concentrado de cañones anticarro y de ametralladoras. Esta situación duró casi una semana.
A principios de febrero, un batallón americano alcanzó la colina 445, a sólo 360m de la abadía de Monte Cassino, pero nuevamente, los panzergrenadiers contraatacaron y les obligaron a abandonar la cima y replegarse.
Los estadounidenses estaban exhaustos y habían perdido su empuje. Las pérdidas se acumulaban. Se decidió entonces que tropas coloniales francesas (excelentes soldados de montaña) que se encontraban a 3km al norte de la 34ª Div. intentaran unirse a ésta para presionar sobre los alemanes. Los franceses conquistaron Monte Belvedere, pero cuando les quedaba poco trecho para enlazar con los norteamericanos los grenadiers consiguieron detener su avance definitivamente.
Las tropas alemanas estaban agotadas, y hay informes de que escaseaban los víveres y las municiones. En enero y febrero, hizo mucho frío y llovió abundantemente, y los soldados de ambos bandos estaban agotados.
Reordenamiento
El 11 de febrero se decidió finalmente cancelar la fracasada ofensiva, pero para entonces, las bajas aliadas alcanzaban la cifra de 4.200 estadounidenses y 2.500 franceses caídos en acción. A cambio, se había tomado Monte Belvedere y se había cruzado el Rápido pero sin haber conseguido avanzar más allá, ni alcanzar Cassino ni la abadía y mucho menos el valle del Liri.
Es en este momento cuando los alemanes, orgullosos de su 15ª Pzgr.Div. decidieron reforzarlos con otra unidad de la que esperaban mucho: la 1ª Div. Fallschirmjäger.
Los aliados, decidieron retirar la 34ª y 36ª Div. y la Guardia Nacional de Texas que estaban en un estado bastante precario y sustituirlas por unidades frescas de la Commonwealth, la 4ª Div. India y la 2ª Neozelandesa.
Nos encontramos ahora en Cassino el 13-14 de febrero. Los veteranos paracaidistas alemanes se han desplegado en el pueblo y las laderas próximas pero tienen órdenes expresas de no ocupar la abadía y el monasterio para evitar que sean objetivos militares.
Primer bombardeo aliado
Los aliados, desconfiados, decidieron bombardear Monte Cassino el 15, lanzándose 600 toneladas de explosivo. En el lugar sólo se encontraban los monjes y civiles refugiados y heridos. Muchos de ellos murieron en el bombardeo.
El día 15, tras el ataque, el General Senger dio por fin permiso a los paracaidistas para ocupar las ruinas de Monte Cassino y convertirlo en un segundo baluarte defensivo detrás del pueblo.
Ahora era el turno de las tropas británicas y de la Commonwealth de demostrar si eran más capaces que sus aliados estadounidenses y conseguirían finalmente atravesar la Línea Gustav.
Durante los días 16 y 17 de febrero, la 4ª Div. India lanzó varios valientes asaltos sobre Cassino y las colinas próximas. Las bajas fueron terribles. Si los panzergrenadiers habían demostrado no estar dispuestos a ceder ni un palmo de terreno y a contraatacar cuando fuera necesario, los fallschirmjäger eran todavía peores enemigos. Por poner un ejemplo, en el ataque a una de las colinas próximas al pueblo (cota 593), el batallón de los Royal Sussex perdió el 50% de sus hombres, lo cual es una auténtica barbaridad.
Enviadas las mejores tropas de la Commonwealth, los fusileros de Rajputana y dos batallones de los temibles Gurkhas, tampoco consiguieron avanzar y las bajas fueron nuevamente escalofriantes.
Sólo los maoríes consiguieron alcanzar el pueblo y tomar la estación de ferrocarril, pero por poco tiempo. El 18 de febrero, la ya fogueada 15ª Pz.Gr. lanzó un contraataque a cargo del 211ª Pz Gr Rg (Regimiento de Granaderos Panzer) junto con algunos cañones de asalto y expulsó a los maoríes del pueblo otra vez.
A partir del 18, comenzó a nevar copiosamente y se detuvo el ataque británico, que además de no conseguir ningún avance, había supuesto ya centenares de muertos y heridos para sus unidades. Era evidente que los alemanes no estaban dispuestos a ceder y que contraatacarían cualquiera que fueran las circunstancias donde hiciera falta.
Hasta el 15 de marzo no se reanudó el asalto aliado sobre Cassino, nuevamente encabezado por los británicos. Para aniquilar a los defensores del pueblo, se preparó la ofensiva con un bombardeo previo de 500 aviones que lanzaron sobre el pequeño casco urbano e inmediaciones, 1000 toneladas de explosivos.
Por si esto fuera poco, la artillería lanzó otras 2.500 toneladas más de proyectiles. El suelo tembló en 10km a la redonda como si se tratase de un terremoto.
No podía haber supervivientes. No quedó ni un solo edificio en pie y los cráteres se superponían unos a otros en un espectáculo dantesco, semejante al paisaje lunar.
A estas alturas de la batalla, la 15ª PzGrDiv había sido relevada por los paracaidistas (y bien ganado se lo tenía esta fabulosa unidad). En Cassino, los defensores soportaron horas de bombardeo escondidos en sótanos y cloacas. Algunos quedaron enterrados en vida y desde luego, muchos otros murieron.
El ataque que siguió al bombardeo lo llevaron a cabo neozelandeses, que incrédulos ante lo que veían sus ojos, comprobaron como los fallschirmjäger volvían a ocupar sus posiciones abriendo fuego con fusiles, ametralladoras y morteros contra ellos. El Hotel Excelsior fue uno de los lugares elegidos por los paracaidistas para resistir. Y finalmente, los neozelandeses, como antes norteamericanos, franceses, británicos e indios, tuvieron que retirarse y abandonar el pueblo. Durante nueve días y nueve noches, los paracaidistas diezmaron sies batallones neozelandeses, uno tras otro cada vez que pretendieron tomar la población.
El batallón de Gurkhas de la división, consiguió trepar hasta una colina detrás del pueblo y ya cerca de la abadía, la Colina del Verdugo y otro batallón indio alcanzó la Colina del Castillo, también próxima. Pero los fallschirmjäger consiguieron aislarles allí y causarles bajas poco a poco, haciendo la situación insostenible.
El día 23 de marzo, más de un mes después del inicio del asalto, el General Alexander ordenó abortar la ofensiva. Los Gurkhas y los indios aislados consiguieron retirarse de las colinas donde habían quedado aislados pero dejando un rastro de cadáveres en el camino.
En esta ofensiva, la artillería aliada empleó 600.000 proyectiles, para no conseguir absolutamente nada. Sólo entre la Colina del Castillo y la estación de Cassino, se contabilizaron 2000 muertos propios.
El General Alexander reconoció la talla de los paracaidistas alemanes enemigos con las siguientes palabras: "Es extraordinaria la tenacidad de estos paracaidistas alemanes. Estuvieron sometidos a toda la fuerza aérea del Mediterráneo bajo la mayor concentración de potencia de fuego que se ha visto jamás. Dudo que haya otras tropas en el mundo que hubiesen podido levantarse y seguir luchando con aquella ferocidad". Esto, con toda seguridad, incluía a sus propias tropas.
El siguiente capítulo en esta sangrienta historia lo escribirían los polacos del II Cuerpo de Ejército, acérrimos y rencorosos rivales de los alemanes. Ni americanos, ni franceses, ni británicos, ni indios, ni neozelandeses, ni gurkhas, habían conseguido someter Cassino.
El 11 de mayo, los polacos tras la habitual barrera artillera se lanzaron al ataque. Ocuparon una cresta a 1500 metros de la abadía (hacia el este) llamada Cresta Fantasma (cota 593). A pesar de las bajas acumuladas y del volumen de fuego, los paracaidistas organizaron un nuevo contraataque obligando al enemigo a (por enésima vez) abandonar su conquista, retrocediendo los polacos con gran número de bajas.
Pero Cassino formaba parte de una línea defensiva, la Línea Gustav, y a pesar de la resistencia de la 1ª Div. Paracaidista, otras unidades de la Wehrmacht en otros sectores no pudieron resistir lo suficiente. Las 94ª y 71ª Divisiones de la Wehrmacht acabaron cediendo y los subsiguientes avances aliados pusieron en grave peligro de quedar cercados a los defensores de Cassino y del monasterio. El 17 de mayo, Kesselring ordenó, satisfecho y orgulloso, que la 1ª Div. abandonara sus posiciones. La evacuación se hizo de noche y en orden, aunque no pudieron cargar con los heridos.
La mañana del día 18 de mayo, tropas polacas tomaron el pueblo y coronaron Monte Cassino sin oposición. Sólo encontraron cadáveres, heridos y dos médicos militares alemanes.
Evaluación
Las bajas de los defensores alemanes fueron serias, pero recordad que resistieron asaltos sucesivos desde el 20 de enero hasta el 17 de mayo, casi cuatro meses. Que sobre ellos se lanzaron centenares de miles de toneladas de explosivos y que fueron atacados sucesivamente por dos divisiones estadounidenses, una francesa, una india, una neozelandesa y otra polaca consiguiendo imponerse en todos los casos.
Habrá quien dirá que el terreno ayudaba enormemente a los defensores, y esto es cierto. Pero recordad que tanto los granaderos como los paracaidistas se distinguieron por sus exitosos contraataques a varias colinas y cimas desalojando a los defensores, cuando la naturaleza del terreno jugaba en su contra como atacantes. Y recordad que los aliados contaron en todo momento con superioridad aérea y un abrumador apoyo artillero cada vez que lo necesitaron.
Estos hombres merecen ser recordados como algunos de los mejores soldados de toda la Segunda Guerra Mundial.
Entrevista de Hendaya
Entrevista de Hendaya
La reunión o entrevista de Hendaya, tuvo lugar en la estación de trenes de la localidad francesa de Hendaya junto a la frontera hispano-francesa el 23 de octubre de 1940 , donde Francisco Franco se entrevistó con Adolf Hitler, en presencia sus ministros de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer (España) y Joachim von Ribbentrop (Alemania).Esta entrevista fue similar a la celebrada por Franco con Benito Mussolini en Bordighera (Italia) el 12 de febrero de 1941, aunque en este caso el interés de Mussolini por la participación española en la Segunda Guerra Mundial fue menor. Las negociaciones previasDurante el verano de 1940 y por iniciativa española se habían ido dibujando, por medio de contactos diplomáticos de alto nivel, las condiciones para una eventual participación española en la guerra. Las demandas territoriales sostenidas como punto partida por ambas dictaduras para afrontar las negociaciones eran: Por parte de Hitler, la cesión de una de las Islas Canarias, una base naval en Mogador o Agadir y, al parecer, la isla de Fernando Póo. Por parte de Franco, además de la colonia británica de Gibraltar, Orán, Marruecos y Guinea, las tres, parte integrante del imperio colonial francés. Además se sugirió la posibilidad de tomar también el Rosellón francés. Estas posturas parecían irreconciliables ya que para Hitler resultaba poco deseable estratégicamente enemistarse con Petain, por el desmembramiento del imperio francés y con Mussolini que podría ver, en una España excesivamente favorecida en las negociaciones, una competidora en sus propias ambiciones mediterráneas. Además, la estrategia de Franco era obtener el máximo de concesiones a cambio del mínimo de implicación en la guerra. Y es con el fin de aumentar la presión sobre Franco por lo que se acuerda la entrevista de máximo nivel en la ciudad vasco-francesa. El vagón del ErikaA las tres y veinte de la tarde llegó el tren oficial “Erika” de Hitler desde París. Franco por su parte llegó ocho minutos tarde y para cuando descendió del vagón, Hitler y von Ribbentrop le esperaban al pie de la escalerilla. Franco vestía uniforme militar con gorro cuartelero, mientras que Hitler usaba el uniforme del Partido, con gorra de plato. El barón Von Stohrer hizo las presentaciones y luego, juntos, los dos jefes de Estado revistaron las tropas.La entrevista se celebró en el coche-salón. En el momento de subir se le comunicó al embajador de España en Berlín, Espinosa de los Monteros, que ni él ni Von Stohrer iban a participar en la reunión. Así pues, a la entrevista asistieron únicamente Franco, Hitler, von Ribbentrop, Serrano Suñer y como intérpretes, por parte alemana Gross y por parte española el barón de las Torres.Adolf Hitler hizo una larga digresión sobre el Nuevo Orden europeo en el que España tendría su lugar si bien era necesario que participara de manera activa en la victoria del Eje. Además anunció ya una fecha precisa: sus paracaidistas estaban preparados para lanzarse el 10 de enero de 1941 sobre Gibraltar, según lo planeado en la Operación Félix. Cuando acabó, el Generalísimo hizo también una larga exposición. Habló de Marruecos y de suministros, preguntando si Alemania estaba en condiciones de enviar a España 100.000 toneladas de trigo. Las consideraciones de Franco irritaron a Hitler.Es importante precisar dos de los argumentos de Franco: El Reino Unido no estaba vencido y si resistía con tanto empeño es porque esperaba una intervención estadounidense. España no podía ceder a nadie el derecho a apoderarse de Gibraltar. Con todo esto, contaba con el consejo de Wilhelm Canaris (quien le aseguró a Franco, a espaldas de Hitler, que Alemania no ganaría la guerra). Sin embargo, le exigió condiciones prácticamente imposibles de cumplir. Entre ellas las reclamaciones territoriales que chocaban directamente con los intereses de la Francia de Vichy, con quien Hitler no deseaba enemistarse, pero también entregas de material militar, especialmente aéreo, del que Hitler no podía prescindir. La larga lista de reclamaciones de Franco hicieron que Hitler mencionara posteriormente a Mussolini que "antes que repetir la entrevista de nuevo, prefería que me sacaran tres o cuatro muelas".La reunión, sin embargo, no fue un absoluto fracaso, y Hitler consiguió salir de Hendaya con una promesa española de entrada en la guerra bajo el brazo, tras presiones y amenazas veladas a Franco, a quien Hitler insiste en que "debe tomar una determinación y no permanecer ignorante a los acontecimientos, y a que las tropas se hallan en los Pirineos". Rechazado en primera instancia por Serrano y Franco, el segundo protocolo constituye un firme compromiso con el Eje, lo que reconoce el mismo Serrano Suñer, aunque no deja de ser vago y cede a criterio de España la fecha de entrada en el conflicto. El protocolo secreto español fue probablemente destruido con posterioridad al conflicto, y lo mismo se temía del alemán hasta la salida a la luz en 1960 por parte del departamento de Estado de EEUU. Las posteriores negociaciones establecidas principalmente con Mussolini, que, aunque tenía más vínculos ideológicos y culturales con el Régimen Franquista lo veía como un potencial competidor, y el cambio de rumbo de la guerra impidieron la entrada española.Si Hitler hubiera ejercido una firme presión sobre España, es de prever que tarde o temprano habría conseguido su entrada en la guerra del lado del Eje. Pero, agobiado por asuntos más urgentes, cambió de planes. Lo cierto es que fue más bien la suerte de la historia la que ayudó a Franco en este dilema y no como se ha querido mostrar después, una “habilidad preclara del Caudillo” para ver más allá de los acontecimientos históricos. Consecuencias directasEn cualquier caso no llegaron a un acuerdo, por lo que España no entró oficialmente en esta guerra. El movimiento más directo de apoyo al Eje se produjo en junio de 1941, cuando Serrano Suñer, enfrentado a presiones internas por sectores pro-nazis, promovió el envío de una división de voluntarios españoles en apoyo de Alemania en la invasión de la Unión Soviética. La voluntariedad de estos soldados ha sido puesta en duda. Probablemente la mayoría acudieron, inflamados por ideales franquistas e ideas antisoviéticas, aunque algunos soldados profesionales acudieron con ellos (e incluso cuando se presentaba un oficial voluntario solía arrastrar a toda su unidad con él). El armamento y uniformes fueron suministrados en su totalidad en Alemania. Fue conocida como División Azul, y operó principalmente en el frente central y en el de Leningrado.Asimismo, existió una amplia tolerancia, incluso colaboración, ante la actuación de los agentes del Eje, principalmente alemanes, en España. Esta colaboración permitió a los ingleses efectuar la Operación Mincemeat, conocida por la novela y película El hombre que nunca existió para poder efectuar el desembarco de Sicilia con poca oposición alemana.
Bomba atómica
El proyecto nuclearEl 2 de agosto de 1939, Albert Einstein dirige una carta al presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt reclamando su atención sobre las investigaciones realizadas por los científicos Enrico Fermi y Leo Szilard por las que el uranio podría convertirse en una nueva e importante fuente de energía susceptible de utilización militar. Calcula que con él se podría construir una bomba de 2.000 megatones o megatoneladas y recomienda la fabricación de uranio e iniciar un programa de investigación sobre el uso militar de la energía atómica.El 3 de septiembre Francia y el Reino Unido declaran la guerra a Alemania (Segunda guerra mundial) en respuesta a la invasión alemana de Polonia producida dos días antes, el 1 de septiembre.El 11 de octubre se entrega la carta de Einstein al presidente Roosevelt.1 Se crea el Comité Consultivo del Uranio. Sin los apoyos necesarios y con escaso presupuesto resulta inoperante. Roosevelt autoriza la fabricación de una bomba atómica.El 7 de diciembre de 1941 Japón bombardea la base naval estadounidense de Pearl Harbor sin que medie declaración de guerra. El bombardeo produce 2.000 víctimas mortales. Estados Unidos entra en la Segunda Guerra Mundial y el programa atómico adquiere la máxima prioridad. Gran Bretaña y Canadá se suman al programa.El programa se mantendrá en el más alto secreto bajo el nombre de “Distrito Manhattan” (Proyecto Manhattan). Miles de científicos e ingenieros, con un presupuesto superior a los 2.000 millones de dólares, se desplazan a Los Álamos, Nuevo México. Durante más de dos años trabajarán, bajo la dirección científica de Robert Oppenheimer, en dos proyectos de bomba atómica: una basada en el uranio y otra en el plutonio.El 2 de diciembre de 1942 el científico Enrico Fermi logra la primera reacción nuclear.El 6 de junio de 1944 los aliados desembarcan sus tropas en Normandía dentro de la denominada Batalla de Normandía.El 15 de agosto se produce la apertura de un segundo frente en el sur de Francia, en Provenza, con la operación Anvil Dragoon. Alemania intenta una contraofensiva desesperada en la Batalla de las Ardenas en diciembre, donde pierde sus últimas reservas militares. Los aliados avanzan hacia Berlín.En diciembre de 1944 se acelera el proyecto alargándose los turnos de trabajo en Los Álamos.El 7 de mayo de 1945 Alemania se rinde. En Europa la guerra ha terminado, sólo queda abierto el frente del Pacífico.La noche del 15 de julio, Robert Oppenheimer, desde uno de los tres observatorios que se instalaron a 9.100 m del epicentro de la explosión, accionó el mecanismo que detonó la primera bomba atómica. La prueba, bautizada con el nombre de “Trinity” (trinidad), explosionó una de las tres bombas nucleares que el proyecto Manhattan había logrado desarrollar (una de uranio y dos de plutonio). Se eligió el paraje conocido por “Jornada del Muerto”, una zona desértica a 80 km de Alamogordo, el lugar habitado más cercano. El cielo se iluminó para segundos después oscurecerse por el polvo radiactivo. Una enorme nube en forma de hongo ascendió, las montañas del fondo se empequeñecieron, la onda expansiva fue registrada a 400 km de distancia. El proyecto Manhattan había culminado con éxito..Sesenta años después, en la zona, los niveles radiactivos aun son muy superiores a lo normal; pueden encontrarse rocas color verdoso, restos de la explosión, con altos niveles de radiación. La decisiónEl 12 de abril de 1945 muere F. D. Roosevelt, impulsor del Proyecto Manhattan, y le sucede en el cargo de presidente de los Estados Unidos el hasta entonces vicepresidente Harry S. Truman. Desconocedor del proyecto, es informado de todos sus pormenores: en tres meses Estados Unidos podría disponer de una bomba capaz por sí sola de destruir toda una ciudad. Él será el que deba tomar la última decisión.En noviembre de 1944 habían comenzado los bombardeos sobre Japón. Durante varios meses, la 20ª Air Force compuesta por 500 bombarderos B-29, descargó más de 4.000 t de bombas sobre Japón. A finales de febrero de 1945 las defensas aéreas japonesas habían sido prácticamente anuladas y los principales objetivos de interés militar, alcanzados. Durante estos meses las operaciones eran diurnas para localizar el objetivo con precisión, y los vuelos a gran altura (más de 9.000 m) para, en gran parte, impedir la respuesta japonesa (durante estos meses, en proporción decreciente, la Air Force perdió 90 bombarderos B-29 en sus incursiones en Japón).El 10 de marzo de 1945 Tokio, la capital de Japón, es bombardeada. El bombardeo de Tokio marca el cambio de estrategia en los bombardeos sobre Japón. Inutilizados los principales complejos militares cambia la categoría del objetivo. El valor estratégico ya no se asigna a determinadas fábricas, puertos o nudos de comunicaciones; ahora serán ciudades y zonas más o menos extensas las que, determinando su valor estratégico, serán fijadas como objetivo. Tokio y otras muchas ciudades se consideraron de importante valor estratégico.Los nuevos objetivos y la mínima respuesta de las defensas japonesas definieron las nuevas tácticas de las misiones. Los objetivos, menos concretos, requerían menor precisión; por lo que los bombardeos podían ser nocturnos. Y la escasa respuesta japonesa junto a la mayor seguridad de los vuelos nocturnos posibilitó que éstos fuesen a baja altura, ganando en efectividad. El bombardeo de Tokio fue nocturno, a baja altura y los 334 bombarderos que recorrieron los 3000 km que separan las Islas Marianas de Tokio lo hicieron desprovistos de cañones y ametralladoras (fue desmontado todo el armamento excepto el de cola),2 toneladas de armamento y munición fueron sustituidas por bombas, lo que posibilitó que la carga efectiva de cada bombardero pasara de 4 a 6 toneladas. También se sustituyó el tipo de bombas. Las bombas rompedoras (muy eficaces contra edificios de hormigón y de estructura reforzada) usadas hasta entonces, fueron sustituidas por bombas incendiarias de Napalm (inútiles contra edificios sólidos, pero de efectos más extensos y especialmente mortíferas).Esa noche, trescientos treinta y cuatro B-29 cargados de Napalm, de los cuales dos llegaron con unos minutos de antelación que los restantes y bombardearon su objetivo marcando una gran X, tras lo cual los aviones restantes, en formación, ocuparon el cielo de Tokio en una extensión de 40 km² aproximadamente, dejando caer 8.250 bombas de 250 kilos que estallaban a 150 m de altura y proyectaban a su vez 50 bombas de 3 kg cargadas de napalm. La ciudad quedó convertida en una enorme antorcha entre la cual, las personas que no habían quedado abrasadas por el primer efecto del napalm, buscaban refugio contra las llamas que hicieron que en la zona atacada la temperatura alcanzase los 800ºC. A la mañana siguiente, en las calles yacían los cuerpos de aquellos que habían muerto asfixiados cuando los incendios agotaron el oxígeno del aire, y en los puentes de los ríos los de aquellos que fueron arrollados por la avalancha humana que huía del fuego intentando encontrar refugio en los ríos. El agua de las acequias, albercas y piscinas se había evaporado y su fondo se encontraba cubierto por los cadáveres de los que se habían refugiado en ellas. Únicamente el cauce central de los ríos se demostró un refugio seguro, aquellos que buscaron los refugios contra los bombardeos convencionales perecieron asfixiados. Más de 100.000 personas murieron y 40.000 resultaron heridas de consideración. El 50% de la ciudad quedó destruida y el 20% de su industria inutilizada. La Air Force sufrió la baja de 14 bombarderos y la desaparición de ocho tripulaciones.Durante los meses siguientes se continuaron los bombardeos sobre Japón con el resultado de casi un millón de víctimas mortales. Varias ciudades de supuesto valor estratégico que fueron "reservadas" para el lanzamiento de la primera bomba atómica no fueron objeto de estos bombardeos (Hiroshima, Nagasaki, Kokura y Niigata entre otras).En la primavera de 1945 los servicios de inteligencia estadounidense habían descifrado las claves usadas por los japoneses y las “intercepciones mágicas” (así llamadas por los servicios de inteligencia) le llegaban puntualmente al presidente Truman. Por ellas pudo conocer los diversos intentos de Japón para conseguir una rendición negociada.En junio de 1945 el emperador Hirohito nombra al almirante Kantaro Suzuki como primer ministro y a Shigenori Togo como ministro de asuntos exteriores, ambos, partidarios de negociar el fin de la guerra.El ministro Shigenori Togo dio instrucciones a su embajador en Moscú para que la Unión Soviética (única gran potencia que en aquellos momentos se encontraba en paz con Japón como resultado del Pacto de Neutralidad que ambos firmaran en 1941) mediara frente a Estados Unidos una rendición pactada. Esta comunicación fue interceptada por los servicios de inteligencia estadounidenses.El Presidente Truman exigió la rendición incondicional a Japón. El ex presidente Herbert C. Hoover, entre otros, le aconsejaron, como único medio para conseguir la rendición de Japón, garantizar la figura de su emperador. Es objeto de discusión el que el secretario de estado James F. Byrnes fuese el único que le aconsejara mantener las exigencias de rendición incondicional.El 4 de julio Churchill comunica a Truman la aprobación de Gran Bretaña para el uso de la bomba. El objetivo sería una ciudad que dispusiera de instalaciones útiles para la guerra. También, serían ciudades que no hubiesen sufrido los bombardeos a los que estaba siendo sometido Japón para una óptima valoración de los efectos de la bomba.17 de julio de 1945 Truman, presente en la Conferencia de Potsdam, recibe la noticia de los resultados de Trinity: “Baby satisfactorily born” (nacimiento satisfactorio del bebé): Estados Unidos ha probado con éxito la bomba atómica y el ejército dispone de dos de ellas para su uso inmediato.En el transcurso de la conferencia de Potsdam, el Emperador Hirohito envía un mensaje personal a Stalin expresándole sus deseos de poner fin a la guerra lo antes posible y envía como emisario a un príncipe miembro de la casa real. Truman y Stalin mantuvieron conversaciones sobre los intentos de rendición de Japón. Truman anotaría en su diario: “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia. Estoy seguro que lo harán cuando Manhattan aparezca sobre su patria". Es tema de discusión si Stalin recibió o no al emisario japonés, el hecho es que Stalin no respondió a la petición de Japón posponiéndola, en un principio, a la conclusión de la conferencia.El 2 de agosto, la Conferencia de Potsdam concluye con una declaración en la que se exige a Japón la rendición incondicional. A propuestas del secretario de estado James F. Byrnes se retira la cláusula en la que se garantizaba la posición a su emperador.Truman, desde Potsdam, no espera a la conclusión de la conferencia y da la orden de lanzar la primera bomba atómica. Japón ignora la resolución de Potsdam no dándose por enterado del ultimátum. Los bombardeos Enola Gay, en exhibiciónEl 2 de agosto de 1945, en la isla de Tinian, en las Islas Marianas, la fuerza aérea de ataque atómico estaba dispuesta para actuar. Durante las últimas semanas sus tripulaciones habían estado entrenándose con vuelos a la altura a la que se iba a realizar el definitivo, a 9.600 m, en misiones a Japón donde dejaban caer una única bomba sobre objetivos muy concretos.Al B29 que transportaría la bomba se le retiró el armamento, dejando sólo la ametralladora de cola. Su comandante, Paul Tibbets lo bautizó con el nombre de su madre: “Enola Gay”, y a la bomba se la bautizó con el nombre de “Little boy” (Pequeño muchacho).El 5 de agosto el Enola Gay, con Little boy en sus entrañas despegó de Tinian con destino a Japón escoltado por cinco B29. Uno destacado con misión de comprobar las condiciones meteorológicas, dos para medir las consecuencias del impacto, fotografiar y filmar, y otros dos como escolta. El objetivo era Hiroshima en primer lugar, y si su cielo no estuviese libre de nubes, lo que impediría registrar los efectos de la bomba, Nagasaki, Kokura o Niigata, la que mejores condiciones meteorológicas ofreciera.El 6 de agosto, sobre Hiroshima el cielo estaba radiante y a las 8,15 el Enola Gay dejó caer la bomba atómica sobre el puente Aioi, centro geográfico de la ciudad. Sus habitantes, acostumbrados a ver pasar los B29 sin descargar sus bombas sobre ellos, se vieron sorprendidos por aquella gran explosión que en escasos segundos arrasó la ciudad en un radio de tres kilómetros.Mientras el ejército japonés trataba de ocultar el bombardeo a sus ciudadanos, el presidente Truman se dirigió a su población a través de la televisión:“Hace poco tiempo un avión norteamericano ha lanzado una bomba sobre Hiroshima inutilizándola para el enemigo. Los japoneses comenzaron la guerra por el aire en Pearl Harbor, han sido correspondidos sobradamente. Pero este no es el final, con esta bomba hemos añadido una dimensión nueva y revolucionaria a la destrucción […] Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de fuego que sembrará más ruinas que todas las hasta ahora vistas sobre la tierra.”Tres días después, el 9 de agosto, el bombardero B-29 apodado "Bock’s Car" dejaba caer sobre el centro de Nagasaki la segunda bomba atómica “Fat Man” (hombre gordo), alcanzando a la fábrica Mitsubishi, pero quedando los astilleros de su puerto a más de 2 km del centro de la explosión. La ciudad quedó igualmente destruida.El presidente Truman pacta en secreto con Japón la rendición a través de su embajada en Suiza. La figura del emperador Hirohito sería preservada.El 10 de agosto Japón se rinde incondicionalmente. No obstante, una parte del ejército conspira sin éxito para interceptar la grabación del emperador Hirohito dirigida al pueblo de Japón. El 15 de agosto el pueblo de Japón oyó por primera vez la voz de su emperador y fue para anunciar la capitulación.El 2 de septiembre, en la bahía de Tokio, en la cubierta del acorazado Missouri, se formaliza la rendición. Blanco atómico El salón promocional de Hiroshima y la cúpula de Gembaku, el único edificio que permaneció en pie después de la explosión nuclear.Durante la Segunda Guerra Mundial, Hiroshima era una ciudad de importancia militar considerable. En las afueras de la ciudad (a varios kilómetros del centro) se encontraban los cuarteles del Segundo Ejército, los cuales defendían el sur de Japón. Allí funcionaba un centro de comunicación, punto de almacenamiento militar y área de concentración de tropas. En las afueras también había algunas plantas industriales y el puerto. Nada de eso fue tocado por la explosión, que sólo destruyó el centro de la ciudad (donde había una inmensa mayoría de civiles).Hiroshima para el tiempo de la guerra era un puerto militar y no había sido tocado por los bombardeos convencionales, se decía que Harry Truman había perdonado a la ciudad, la población civil colaboraba con el esfuerzo de guerra en fábricas de armamentos, Hiroshima era tácticamente un lugar logístico para la Rengo Kentay. Además en ese lugar se organizaba la defensa de las islas Kyushu.Según un informe japonés: «Desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, más de mil veces los ciudadanos de Hiroshima habían saludado con gritos de “¡Banzai!” a las tropas saliendo desde el puerto».El centro de la ciudad contenía un número de edificios de hormigón reforzado y estructuras más livianas. En el área de los alrededores se encontraba un conglomerado de pequeños talleres de madera entre casas japonesas. Las casas eran de madera con techos de tejas. Muchos de los edificios industriales eran también de madera. La ciudad en general era extremadamente susceptible al fuego.Debido a los peligros de terremoto presentes en Japón, algunos de los edificios de hormigón reforzado eran construcciones mucho más fuertes que las requeridas por los estándares de Estados Unidos. Hiroshima tiene seis brazos del río Ota y está cruzada por muchos puentes. El puente Aioi, con forma de T, fue elegido como blanco de bombardeo por el tripulante (bombardero) del avión que lanzaría Thomas Ferebee. Cerca del puente (a 600 m) estaba la clínica del doctor Shima. Hacía el sector centro de la ciudad, a 900 m se erigía el castillo de Hiroshima, donde estaba el cuartel general del Segundo Ejército. El monte Futaba se encuentra a 2 km, las industrias Mitsubishi a 5 km, en dirección al puerto.La población de Hiroshima había alcanzado en su mejor momento a más de 380.000 habitantes al comienzo de la guerra, pero previamente al ataque atómico la población fue reducida a aproximadamente a 255.000 habitantes debido a evacuaciones. Este número se basa en la población registrada —que los japoneses usaban para medir la cantidad de raciones de comida necesarias—, pero no son muy exactas las cantidades estimativas de trabajadores y tropas adicionales que se encontraban en la ciudad. Para la designación de los blancos, se tomaron los siguientes criterios: nunca bombardeados convencionalmente antes, de relevancia para el esfuerzo bélico japonés, gran densidad poblacional. Por todos los criterios anteriormente dichos, Hiroshima estaba en la lista de blancos atómicos, estos eran: Kyoto, Niigata, Kokura, Nagasaki e Hiroshima. Kyoto fue sacado a último momento de la lista de blancos por expresa petición de Truman. El amanecer del 6 de agosto de 1945El 6 de agosto de 1945 Hiroshima sufrió el primer bombardeo atómico del mundo, la bomba nuclear que se dejó caer fue la 2ª del mundo (la primera había sido detonada como prueba en Alamogordo, Nuevo México). La escuadrilla 509, compuesta por los tres B-29 Enola Gay, Great Artist y el entonces aún sin nombre Necessary Evil Nº 91 despegaron de la isla de Tinian a las 2:15 (hora japonesa) y tomó rumbo a Iwo Jima. Desde ahí enfilaron hacia Japón.A las 6:30 la bomba se armó. Se había previsto armarla en vuelo por seguridad. Para evitar una activación no esperada, los circuitos que alimentaban el funcionamiento de la bomba contaban con un seguro eléctrico. Para dejar operativa la bomba, era menester retirar un seguro y luego insertar un dispositivo que permitía que la batería interna de la bomba funcionara. Sólo cuando esta cayera y alcanzara cierta altura determinada (para maximizar el daño) se iniciaría la reacción en cadena. Así, pues, con esos seguros eléctricos se prevenía el riesgo de volar todo Tinian, el islote militar de seis pistas, estadounidense. Cerca de las 7:00, los radares japoneses habían detectado algunas aeronaves estadounidenses en dirección noroeste acercándose al sur de Japón. Se dio la alerta y se interrumpieron las transmisiones de radio en varias ciudades, entre ellas Hiroshima. Los aviones se acercaron a la costa a gran altura (9 km). Cerca de las 8:00, el operador de radar en Hiroshima pudo determinar que el número de aviones acercándose era mucho menor e hizo levantar la alerta antiaérea. Se transmitió por radio una alerta sugiriendo el uso de refugios al avistamiento de los B-29.Para entonces, el avión meteorológico Straight Flush, comandado por Eatherly (que fue el que provocó la primera alarma antiaérea) después de dos pasadas se había comunicado con el Enola Gay, diciendo que la ciudad estaba cubierta por nubes, sin embargo, era visible a través de un boquete de claridad de 16 km de diámetro, el Straigth Flush recomendó el objetivo y se retiró de la escena. Tibbets, recibió el mensaje del Straight Flush y dijó a la tripulación: « es Hiroshima». A continuación llamó a Tinian y comunicó en clave: «Primario».Se aproximaron a la ciudad a 9.460 m de altura, a contraviento y desde el noroeste. En el claro de nubes se perfilaban nítidamente la ciudad y el delta del río Ota. La explosión y sus consecuenciasEl Enola Gay se acercó por el norte junto al avión acompañante, a las 8:10, las compuertas se abrieron y un zumbido de advertencia fue escuchado en la cabina, todos los asistentes se colocaron gafas oscuras, tal cual se les había instruido. El bombardero Ferebee localizó el objetivo, el puente en forma de T sobre el río Ota, a un costado de la clínica del Dr. Shima. A las 8:15:17, el B-29 Enola Gay dejó caer la bomba atómica Little Boy (‘niño pequeño’) --según los escombros de Hiroshima, los relojes estaban parados justamente a las 8:16:15-- sobre el centro de la ciudad y se alejó a gran velocidad, haciendo un brusco giro de 150° hacia el noroeste en forma ascendente. Algunos testigos vieron además caer algunos paracaídas amarillos a lo lejos (eran los aparatos de medición del B-29 testigo, Número 91). La bomba cayó haciendo un ruido sibilante que no se percibió desde tierra. Para aumentar su alcance letal, la bomba estaba programada para iniciar la reacción nuclear a unos 640 m de altura. Esa altura sería determinada barométricamente (calculando la altura por la presión del aire) y —un sistema alternativo— por radar. A las 8:16:43, la bomba estalló a la altura convenida, con una explosión de la magnitud de 20.000 t de TNT. A las 16 milésimas de s, de la detonación, se desplegó una bola de fuego primero violácea y luego de color blanco intenso y brillante como un flash fotográfico, con una temperatura de 50 millones de grados. Quienes vieron esa luz y vivieron para contarlo, quedaron ciegos permanentemente (muriendo meses después debido a la radiación). A las 25 milésimas de s, la bola alcanzó un diámetro de 300 m, que vaporizó instantáneamente a todas las personas dentro de la clínica Shima y a miles quienes circulaban directamente debajo del estallido. La presión ejercida por la onda expansiva inicial fue de varias ton/cm2 y comprimió enterrando varios metros las columnas de la Clínica Shima. En algunos instantes se creó una columna invisible cuya compresión resultó enorme, el calor y la presión instantánea vaporizaron a más de 80.000 personas. De ellos, solo quedaron sus sombras sobre el cemento vitrificado. A las 60 milésimas de s, la bola se expandió abrasando todo alrededor, a más de 500 m de radio y carbonizando con radiación infrarroja todo ser a 1,5 km del hipocentro. 2 s después de la detonación de la bomba, la onda expansiva comprimida, denominada «soplo de la explosión», había destruido todo alrededor de 2,5 km de distancia, incinerando a quienes se encontraban en ese sector. La onda expansiva de alta temperatura devastó con vientos desde de 800 km/h, destruyendo totalmente las construcciones ligeras del resto de la ciudad, haciendo que los pedazos de las construcciones ligeras de madera y similares, sirvieran como verdaderas flechas. En el cuartel del "2º Cuerpo del Ejército", a 800 m del hipocentro, el patio estaba lleno de militares ejercitándose, más un prisionero americano, súbitamente se transformaron en cadáveres humeantes. La batería antiaérea que estaba sobre la montaña Futaba (a 2000 m del centro) quedó parcialmente destruida por la onda expansiva. Pocas semanas atrás desde allí habían derribado a dos B-24 que había proporcionado a la Kempei Tai, 13 prisioneros de guerra americanos. Al momento de la explosión, dos de ellos trabajaban en el puerto mismo, cuatro más estaban en las celdas del castillo de Hiroshima, del resto no hay antecedentes. La bola de fuego comenzó a ascender, consumiendo miles de m3 de oxígeno. Las corrientes ascendentes crearon una columna de vacío que succionó contravientos hacia el hipocentro, se percibía un sabor a plomo en el aire. En ese momento, observadores hasta a 20 km de distancia de Hiroshima pudieron ver el hongo atómico ascendiendo completamente silencioso (el bramido los alcanzaría un minuto después, debido a que el sonido se mueve a 340,46 m/s). 5 s después del estallido, todo el daño estaba consumado. El área inmediatamente afectada fue de 5 km² densamente poblados.La onda expansiva transportó vientos recalentados a más de 500 °C hacia toda la ciudad. Hubo miles de casos de incineración súbita, carbonizaciones parciales y quemaduras de personas expuestas hacia el hipocentro del estallido, a más de 10 km del punto cero. Prisioneros de guerra estadounidensesAl momento de la explosión había 23 prisioneros de guerra estadounidenses: uno estaba haciendo ejercicios con la tropa, dos estaban en el interior de un carguero en el puerto, tres en las celdas del castillo. 13 de los prisioneros provenían del derribo de dos aviones B-24 sobre Hiroshima en las semanas anteriores. Por lo menos tres de estos supervivientes fueron sacados de sus celdas y ajusticiados bajo un puente a pedradas por la población, de los diez restantes nunca se supo el paradero. Lluvia negraPasados los minutos se vieron masas de gente quemada totalmente pero viva con jirones de piel colgando, mutilados por los escombros, algunos quemados parcialmente sólo por el lado expuesto a la explosión. Los incendios se sucedían uno tras otro.Media hora más tarde empezó a suceder un efecto extraño: empezó a caer una lluvia de color negro. Esta lluvia traía el carboncillo condensado de todo material orgánico quemado (entre ellos las víctimas humanas), y del material radiactivo de la bola de humo que se había levantado. Esta lluvia causó muchas víctimas días después por anemia, espasmos y convulsiones de origen hasta entonces misterioso.El caos, el desconcierto y la ruina fue total. El paisaje calcinado adquirió un tono gris uniforme, como si el color se hubiera extinguido, el pasto se volvió rojo grisáceo, el 92% de las edificaciones sólidas de Hiroshima fue arrasado.Bob Caron, artillero de cola del B-29 n.º82 Enola Gay describe así la escena desde 8.000 m de altura:-"Una columna de humo asciende rápidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos. Aquí llega la forma de hongo de la que nos había hablado el capitán Parsons. Viene hacia aquí, es como una masa de melaza burbujeante. El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quizá tres mil metros de altura y unos ochocientos de anchura. Crece más y más. Está casi a nuestro nivel y sigue ascendiendo. Es muy negro, pero muestra cierto tinte violáceo muy extraño. La base del hongo se parece a una densa niebla atravesada con un lanzallamas. La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se están hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas están desapareciendo bajo el humo. Todo cuanto veo ahora de la ciudad es el muelle principal y lo que parece ser un campo de aviación. Eso aún resulta visible. Allá bajo hay aviones".'Bob Caron-artillero de cola/fotográfo del Enola GayLa lluvia negra empezó a caer al noroeste de la ciudad unos 20 a 30 minutos después de la explosión. Esta lluvia se componía de grandes cantidades de sustancias radiactivas originadas por la fisión nuclear. Los efectos de esta radiación se sintieron en zonas lejanas. ¿Ha sucedido algo en Hiroshima?En ese momento, el operador de control de la compañía de transmisión japonesa en Tokio notó que la estación de Hiroshima quedó fuera del aire. Intentó utilizar otra línea telefónica para restablecer su programa, pero falló también.Cerca de 20 min más tarde, el centro telegráfico en Tokio notó que la línea de telégrafo había dejado de funcionar al norte de Hiroshima. De algunas estaciones de tren pequeñas a las cercanías de la ciudad llegaron confusos informes oficiosos de una terrible explosión en Hiroshima. Todos estos comunicados fueron transmitidos a los cuarteles generales japoneses. Los cuarteles militares intentaron comunicarse reiteradamente con la estación de control del ejército en Hiroshima.El absoluto silencio proveniente de la zona confundió a los hombres del cuartel; Algo había sucedido, sabían que ningún ataque enemigo a gran escala podría haber ocurrido, y sabían que en aquel entonces no existían depósitos de explosivos de gran tamaño en Hiroshima. Se le ordenó a un joven oficial el volar inmediatamente a Hiroshima, aterrizar, identificar los daños y regresar a Tokio con información fiable para los miembros del cuartel general.El oficial se dirigió al aeropuerto y despegó hacia el sudoeste. Tras cerca de 3 h de vuelo, mientras se encontraba todavía a alrededor de 160 km de Hiroshima, pudieron divisar las nubes de humo sobre la ciudad. A media tarde todavía ardían los restos de Hiroshima. Su avión pronto llegó a la ciudad, la cual bordearon sin poder creer lo que veían: todo lo que quedaba de la gran ciudad era una cicatriz sobre la tierra, aún ardiendo, y cubierta por espesas nubes de humo. Aterrizaron al sur de la ciudad y el oficial —después de informar de lo visto a Tokio— comenzó a organizar medidas de ayuda.En esa época no se sabía que no se debe acercarse a la zona de una explosión nuclear, ya que la radiación continúa durante varios días o meses, generando cánceres de distintos tipos (intestino, pulmón, etc.). Los miles de médicos, soldados y enfermeros voluntarios que llegaron a Hiroshima en los siguientes días, murieron todos de cáncer en los siguientes años.A la medianoche (16 h después del ataque) las primeras noticias de la causa del desastre en llegar a Tokio provinieron de la Casa Blanca. Balance de víctimasSe estima que el 6 de agosto de 1945 murieron aproximadamente 150.000 hab. de Hiroshima. En los primeros meses después de la explosión se cree que murieron 60.000 más debido a la radiación causada por la explosión. Sin embargo, este total no incluye las víctimas a largo plazo (muchos de ellos voluntarios provenientes de otras ciudades) debidas a enfermedades causadas por la radiación.La bomba no se hizo detonar directamente sobre los cuarteles del 2º Ejército (Castillo de Hiroshima), donde la densidad poblacional era incluso mayor que en el centro (pero exclusivamente de adultos, y militares). Ese día de verano amaneció minutos después de las 5. EE.UU podría haber tirado la bomba a las 6:00, lo que les daría una perfecta visibilidad, pero esperaron a que el centro de la ciudad se llenara de entre 100.000 y 150.000 civiles adultos (que desde las 7:00 ó 7:30 empezaban sus trabajos). Además a las 7:30 poco más de 100.000 niños y niñas entraron en las numerosas escuelas (también en el centro de la ciudad).Al día siguiente, en las principales ciudades estadounidenses festejaron el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Los medios de comunicación exclamaban: Damos gracias a Dios por haberle dado a América la bomba atómica, porque ¿quién sabe cómo la hubiera usado otra nación? Críticas al bombardeoCasi de inmediato después del término de la Segunda Guerra Mundial, y persistiendo hasta hoy, se han cuestionado los bombardeos atómicos sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.EE.UU. violó la convención de La Haya, que fueron los tratados estipulados en 1899, 1907 y 1923 (la ley sobre la guerra aérea), que en su acápite 23 trata sobre normas de bombardeos a objetivos militares y que prohíbe expresamente el bombardeo de ciudades con civiles, aunque haya objetivos militares incluidos en su perímetro.Se calcula que cada ciudadano japonés muerto por el bombardeo atómico costó inicialmente a los EE.UU. entre 5.000 a 8.000 dólares, esta cifra aun sigue decreciendo.El uso de armas atómicas ha sido calificado de bárbaro. En la actualidad se dice que el presidente Harry Truman estaba efectivamente informado de que el emperador Hirohito tenía la intención de rendirse en breve. Se sabe que, durante la conferencia de Potsdam, Truman escribió en su diario “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia." Japón estaba dispuesto a rendirse con la única condición de que se preservara la figura del emperador Hirohito, y a pesar de la insistencia de los aliados en su rendición incondicional, Truman garantizó el cumplimiento de esta condición en el pacto que firmó secretamente con Japón.[cita requerida] Además en el momento del ataque el territorio estadounidense no estaba en peligro. Justificaciones del bombardeoOtros autores especulan que Japón no tenía intención de rendirse, y que ya tenía preparado el contrarresto de la invasión estadounidense, hasta con civiles armados. Por lo demás EE.UU. destruyó una base militar y un centro industrial militar, decenas de miles de civiles fueron asesinados. Algunos sugieren que una sola demostración de una bomba atómica en una región inhabitada hubiera hecho el mismo efecto disuasorio.Se ha justificado que este bombardeo ahorró muertes, ya que una invasión habría costado a EE.UU. un millón de soldados estadounidenses, y muchos más japoneses. Además EE.UU. se justifica al hacer este bombardeo, sin antes pedir una rendición sin respuesta por parte nipona, de vengarse de Japón, ya que atacaron sin aviso Pearl Harbor (Hawaii) produciendo innumerables bajas. Se dice que los japoneses no se habrían rendido nunca. Y que probablemente habrían muerto millones de civiles si EE.UU. hubiera tenido que invadir Japón por medios convencionales. Para apoyar este argumento, señalan que el gobierno japonés sólo accedió a rendirse después de que se hizo estallar la 2ª bomba nuclear, aun más letal, en Nagasaki. Eso les hizo creer a los japoneses que habría una lluvia de bombas nucleares sobre todas sus poblaciones civiles, (EE.UU. no tenía una 3ª bomba nuclear lista luego de Nagasaki, debido a la dificultad en preparar el material radiactivo, pero había una 3ª en curso, solo faltaba el suficiente material fisionable, posteriormente se hizo detonar en Bikini). Por otro lado, la increíble suma de USD $200.000.000 gastados en el proyecto no se habría justificado si no se hubiese hecho volar una ciudad japonesa.Albert Einstein quien había escrito la carta a Roosevelt advirtiendo de los trabajos nazis sobre cuestiones nucleares, expresó que se habría quemado los dedos con los que escribió dicha carta ya que alentó a los EE.UU. a la puesta en marcha de proyecto Manhattan.Otros argumentan que Japón había estado tratando de rendirse desde hacía dos meses, pero Harry Truman se negaba, insistiendo en que sólo aceptaría una rendición absolutamente incondicional (algo que no pudo conseguir), pero de todos modos la prensa mundial presenció el momento en que Truman pidió la rendición; a partir de entonces, pasaron 11 días desde la detonación de la primera bomba sin recibir una rendición por parte nipona, inmediatamente después de la primera bomba tampoco se manifestó una rendición, por lo cual 48 h después se detonó la 2ª bomba.