miércoles, 17 de junio de 2009

Fundación de Sao Paulo

FUNDACIÓN DE SAO PAULO
La villa de São Paulo de Piratininga tuvo sus inicios el 25 de enero de 1554 con la construcción de un colegio jesuita, por los padres Manuel da Nóbrega y José de Anchieta, entre los ríos Anhangabaú y Tamanduateí. Tal colegio, que funcionaba en un barracón rústico, tenía por finalidad la catequesis de los pueblos indígenas que vivían en la región. El edificio aún existe, y se le conoce con el nombre de Pátio do Colégio.

El cuadro Independência ou Morte de Pedro Americo representa la declaración de independencia de Brasil, ocurrida en el Distrito de Ipiranga, en São Paulo.
El poblamiento de la región comenzó en 1560, cuando Mem de Sá, gobernador general de la colonia, mandó a la población de la villa de Santo André da Borda do Campo hacia los alrededores del colegio, denominado “Colegio de São Paulo de Piratininga” – el nombre fue escogido porque el día 25 de enero la Iglesia Católica celebra la conversión del apóstol Pablo de Tarso. De esta forma, la villa de Santo André da Borda do Campo queda extinta y São Paulo fue elevada a la categoría de villa.
São Paulo permaneció, durante los dos siglos siguientes, como una villa pobre y aislada del centro de gravedad de la colonia, y se mantenía por medio de labores de subsistencia.
Por ser la región más pobre de la colonia, tuvo inicio en São Paulo la actividad de los bandeirantes, que se dispersaron por el interior del país a la caza de indios, oro y diamantes. El descubrimiento de oro en la región de Minas Gerais hizo con que las atenciones del reino se fijaran en São Paulo, que fue elevada a la categoría de ciudad en 1711. Cuando se agotó el oro, a finales del siglo XVIII, se dio inicio al ciclo paulista del azúcar, que se abarcó por el interior de la provincia mientras la ciudad de São Paulo se encargaba de dirigir la producción hasta el puerto de Santos.
En 1828 se instaló la primera facultad de derecho, lo que dio un nuevo impulso al crecimiento de la ciudad con el flujo de estudiantes y profesores, junto con el crecimiento de la producción de café en las regiones de Campinas y Río Claro. En este periodo la provincia comenzó a recibir una gran cantidad de inmigrantes, especialmente italianos, de los cuales muchos de establecieron en la capital y São Carlos, y comenzaron a instalar las primeras industrias.

Período imperial

Rua do Comercio/calle del Comecio 1887
Durante las primeras décadas del Imperio de Brasil, São Paulo mantiene sus principales características coloniales, continuando a ser considerada como una mera "ciudad provinciana". A pesar de ello, fue palco de episodios de trascendencia para el país: en ella fue declarada por ejemplo, la Independencia de Brasil por parte del entonces Príncipe regente Pedro I de Brasil. Era allí donde vivía también la más célebre amante del emperador, la Marquesa de Santos.
La ciudad comienza a ganar estatus con el desarrollo de la economía cafetalera, en un momento en que los latifundarios del café comienzan a radicarse en la ciudad (individuos con relativa importancia política). Desde mediados del siglo XIX São Paulo pasa a beneficiarse de las líneas férreas que unen el interior del estado con el puerto de Santos. La facilidad de exportar café le proporcionan a la ciudad y al estado de São Paulo un gran crecimiento económico.

República Vieja

Vale do Anhangabaú a principios del siglo XX.
Es con el fin del Segundo Reinado que la ciudad de São Paulo, así como el estado de São Paulo, sacan gran provecho de la situación y alcanzan un crecimiento económico y poblacional fabulosos, fruto de la política de café con leche.
El auge del período del café está representado por la construcción de la segunda Estação da Luz (el edificio actual) a finales del siglo XIX. En este período, el centro financiero de la ciudad se separa de su centro histórico (región llamada de "Triángulo Histórico") para áreas más al Oeste. El Vale do Anhangabaú es cubierto de jardines y la región al otro lado del río pasa a ser conocida como Centro Nuevo. Las mejoras realizadas en la ciudad por los administradores João Teodoro y Antônio Prado contribuyen al clima de desarrollo: estudiosos consideran que la ciudad entera fue demolida y reconstruida.

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