EX ESPÍA RUSO ENVENENADO
Litvinenko, el más molesto para Putin
MOSCÚ.- Alexander Litvinenko, antiguo agente de los servicios secretos rusos, falleció el 23 de noviembre de 2006 en el hospital University College de Londres envenenado por polonio 210. Conocido por sus feroces críticas hacia el primer ministro ruso, Vladimir Putin, vivía refugiado en la capital británica.
El ex agente secreto cayó enfermo de forma repentina unas semanas antes, el 1 de noviembre, día que se reunió con dos ciudadanos rusos, Andrei Lugovói y Dimitri Kovtun, en el hotel Millennium de la capital británica, donde tomó té.
Nacido en 1962 en la ciudad rusa de Voronezh, unos 300 kilómetros al sur de Moscú, Litvinenko ingresó en las Fuerzas Armadas en 1980 y en menos de 20 años ascendió de soldado raso a coronel de uno de los departamentos más prestigiosos del Servicio Federal de Seguridad de Rusia: subjefe del Departamento 7, encargado de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Denuncias
Su carrera se vino abajo en noviembre de 1998, cuando apareció en conferencia de prensa en Moscú para denunciar toda una serie de acciones ilegales de los dirigentes del FSB, encabezado entonces por Vladimir Putin, que desde allí inició su ascenso a la cima del poder en Rusia.
El alto oficial de Seguridad afirmó, en particular, que ante varios de sus colegas había recibido la orden de su superior de asesinar al entonces secretario del Consejo de Seguridad de Rusia y próspero empresario Borís Berezovski, hoy asilado en Londres y enemigo declarado de Putin.
Poco después, el líder ruso anunció oficialmente que las denuncias de Litvinenko "no se han podido comprobar" y poco más tarde, en marzo de 1999, el coronel fue acusado de "abuso de poder", cesado del cargo y detenido.
En su calidad de consejero del secretario del Consejo de Seguridad (Berezovski), el ex coronel debía gozar de inmunidad, pero, no obstante, fue encarcelado en la prisión de alta seguridad Lefórtovo, supeditada directamente al FSB.
Berezovski intentó salvarlo y hasta se reunió para ello con Putin, entonces ya primer ministro, a quien pidió intervenir en el caso, pero fue inútil.
Litvinenko, el más molesto para Putin
MOSCÚ.- Alexander Litvinenko, antiguo agente de los servicios secretos rusos, falleció el 23 de noviembre de 2006 en el hospital University College de Londres envenenado por polonio 210. Conocido por sus feroces críticas hacia el primer ministro ruso, Vladimir Putin, vivía refugiado en la capital británica.
El ex agente secreto cayó enfermo de forma repentina unas semanas antes, el 1 de noviembre, día que se reunió con dos ciudadanos rusos, Andrei Lugovói y Dimitri Kovtun, en el hotel Millennium de la capital británica, donde tomó té.
Nacido en 1962 en la ciudad rusa de Voronezh, unos 300 kilómetros al sur de Moscú, Litvinenko ingresó en las Fuerzas Armadas en 1980 y en menos de 20 años ascendió de soldado raso a coronel de uno de los departamentos más prestigiosos del Servicio Federal de Seguridad de Rusia: subjefe del Departamento 7, encargado de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Denuncias
Su carrera se vino abajo en noviembre de 1998, cuando apareció en conferencia de prensa en Moscú para denunciar toda una serie de acciones ilegales de los dirigentes del FSB, encabezado entonces por Vladimir Putin, que desde allí inició su ascenso a la cima del poder en Rusia.
El alto oficial de Seguridad afirmó, en particular, que ante varios de sus colegas había recibido la orden de su superior de asesinar al entonces secretario del Consejo de Seguridad de Rusia y próspero empresario Borís Berezovski, hoy asilado en Londres y enemigo declarado de Putin.
Poco después, el líder ruso anunció oficialmente que las denuncias de Litvinenko "no se han podido comprobar" y poco más tarde, en marzo de 1999, el coronel fue acusado de "abuso de poder", cesado del cargo y detenido.
En su calidad de consejero del secretario del Consejo de Seguridad (Berezovski), el ex coronel debía gozar de inmunidad, pero, no obstante, fue encarcelado en la prisión de alta seguridad Lefórtovo, supeditada directamente al FSB.
Berezovski intentó salvarlo y hasta se reunió para ello con Putin, entonces ya primer ministro, a quien pidió intervenir en el caso, pero fue inútil.
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