Stalin había dado orden de asesinar a Trotsky, y Jotov, encargado de las operaciones contra Trotsky en México, se valió de dos comunistas españoles, Caridad y Ramón Mercader (madre e hijo), para llevar a cabo el plan. Aunque el palacete en el que vivía estaba fuertemente custodiado, Ramón Mercader lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky. Con el pretexto de que leyera un escrito suyo se acercó a Trotsky y mientras este leía le clavó un piolet en la cabeza. El grito de Trotsky se escuchó en toda la casa, acudiendo rápidamente sus custodios pero no se pudo hacer nada. Moriría un día más tarde. Mercader pasó 20 años en prisión por este crimen. A su salida de prisión, y de paso en su ruta hacia la URSS, Mercader sería recibido con honores en la Cuba de Castro.
Venta en El Tablado
Hace 16 años
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