miércoles, 6 de mayo de 2009

Macarthismo

Macarthismo

El senador Mccarthy


Los hechos

El macarthismo (mccarthismo, maccarthismo o macartismo) es un episodio de la historia de Estados Unidos que se desarrolló entre 1950 y 1956. El contexto de la guerra fría era particularmente tenso en la medida que la URSS experimentaba con la bomba atómica en 1949, Mao Zedong llegaba al poder ese mismo año y la guerra de Corea empezaba en junio de 1950.
Esta atmósfera amenazante pesaba sobre la opinión pública estadounidense que deseaba una política enérgica y ofensiva contra el bloque soviético. En febrero de 1950, Joseph McCarthy, senador por Wisconsin, intervino —con un éxito inesperado— denunciando una conspiración comunista en el mismo seno del departamento de Estado.
Así se inició lo que sus oponentes denominaron como "caza de brujas". Gente de los medios de comunicación, del gobierno y algunos militares fueron acusados por McCarthy como sospechosos de espionaje soviético o de simpatizantes del comunismo. Apoyándose en unas fuerzas de entusiastas anticomunistas, alimentándose de la delación, adquirió un poder considerable. Su actividad destinada a desmantelar eventuales infiltraciones de agentes comunistas en la Administración pública se extendió pronto a los laboratorios de investigación y a Hollywood. Los empleados públicos debían hacer frente a un control de lealtad que costó la carrera a varios de ellos.
De este modo, Alger Hiss, presidente de la fundación Carnegie para la paz internacional, fue acusado en un proceso por haber trasmitido documentos secretos de la época del New Deal. Uno de los episodios más célebres del periodo fue el proceso seguido a los esposos Ethel y Julius Rosenberg. Fueron acusados de haber dado a la URSS el secreto de la bomba atómica, lo que ellos negaron. Bastante controvertido y atrayendo una campaña internacional en favor de los acusados, el proceso terminó con su ejecución en junio de 1953.
Eisenhower fue elegido en 1952 en el momento en el que McCarthy gozaba de su máxima influencia. Ejercía, en efecto, la presidencia de la comisión senatorial de operaciones gubernamentales además de su sub-comisión de investigación. Su influencia era tan importante que el mismo Secretario de Estado se deshizo de algunos de sus colaboradores para no enfentarse a McCarthy. Del mismo modo, Robert Oppenheimer fue expulsado de la Comisión de Energía Atómica por haberse opuesto al proyecto de la bomba H.
Algunas voces comenzaron a elevarse contra el maccarthysmo y sus excesos. Por ejemplo, en 1953 se representó la obra Las brujas de Salem de Arthur Miller, un alegato eficaz para estigmatizar la política de su tiempo. Lo que quebró el reinado de McCarthy fue su decisión de atacar al ejército. El Pentágono, incluso más vigorosamente que el apoyo que recibió de Eisenhower, ya consideraba incómodo a McCarthy.
McCarthy fue finalmente «censurado» por el Senado estadounidense en 1954, por 67 votos contra 22, acusado de "conducta impropia de un miembro del Senado" por la forma en que había dirigido la Comisión (por su lenguaje «demasiado directo») y por no haber comparecido ante otra comisión del Senado cuando fue requerido, además de otros cargos difusos y fabricados sobre la marcha. Continuó otros dos años en sus tareas de senador, pero sus colegas le evitaban y lo sucedido afectó a su ánimo y a su salud: hospitalizado por problemas de alcoholismo crónico, murió a los 48 años víctima de cirrosis y hepatitis.
VíctimasEscritores (Bertolt Brecht, que escapó a Europa tras declarar su inocencia) y gente perteneciente al mundo del cine fueron algunos de los más afectados por este fenómeno, que creó las llamadas listas negras, o de escritores y guionistas para los cuales existía una ley no escrita que les impedía publicar nada en cualquier medio de comunicación, so pena de que dicho medio fuera acusado de trabajar a sueldo de los comunistas. Hubo, sin embargo, una cierta resistencia, que se plasmó en la actividad de numerosas personas, incluyendo relevantes personajes del cine (Lauren Bacall, Humphrey Bogart), o periodistas como Edward R. Murrow (cuya historia es descrita en la película Buenas noches y buena suerte), que afirmaban que en lo que en teoría era una actividad para proteger al estado no era sino una sistemática destrucción de los derechos civiles. Entre las protestas, la más significativa fue la de los llamados Diez de Hollywood, los cuales se negaron a declarar sobre sus afiliaciones políticas, siendo citados por el congreso, instalados automáticamente en la lista negra y condenados a penas de cárcel por "desacato al Congreso", iniciándose, a partir de allí, una caza de brujas particular y aún más terrible en Hollywood, en donde algunos de los más conocidos cineastas (incluyendo a Walt Disney, Elia Kazan, Robert Rossen, el productor Budd Schulberg los actores Sterling Hayden y Adolphe Menjor) sirvieron de chivatos para la gente de McCarthy.
Las persecuciones también se realizaron a escritores famosos comunistas, procomunistas, antianticomunistas y ex-comunistas. Así se lograron censurar más de 30.000 libros, los cuales fueron quitados inmediatamente de bibliotecas y librerías, entre los cuales se encontraba el famoso Robin Hood o la novela Espartaco de Howard Fast.
Las técnicas de McCarthy se basaban en gran medida en lanzar incriminaciones falsas sobre los acusados (que nunca eran comprobados), o incluir a determinadas asociaciones en su lista de organizaciones pro-comunistas (sin tener nada que ver). En ese sentido, y de ahí el nombre, se parecía bastante a las caza de brujas medievales, donde también las acusadas no tenían la posibilidad de demostrar su inocencia. De hecho, promovió todo un pulso en el seno del Sindicato de Directores Norteamericanos, donde John Ford[4] le ganó la partida a Cecil B. de Mille, profundo seguidor de McCarthy.
Varias películas hablan de este período de la historia de Estados Unidos. Aparte de la ya mencionada Buenas noches y buena suerte, the front, protagonizada por Woody Allen, es uno de los mejores ejemplos.
Los Diez de HollywoodAlvah Bessie, guionista. Herbert Biberman, guionista, director. Lester Cole, guionista. Edward Dmytryk, director y guionista. Ring Lardner, Jr, periodista, guionista. John Howard Lawson, autor. Albert Maltz, autor, guionista. Samuel Ornitz, guionista. Adrian Scott, guionista, productor. Dalton Trumbo, guionista, novelista.
Los artistas puestos en la lista negraGale Sondergaard Rosaura Revueltas Allen Adler Larry Adler Orson Bean Herschel Bernardi Walter Bernstein John Berry Marc Blitzstein Sebastian Miles Allen Boretz Phoebe Brand Bertolt Brecht J. Edward Bromberg Sidney Buchman Hugo Butler Morris Carnovsky Jerome Chodorov Aaron Copland Jeff Corey John Cromwell Jules Dassin Roger De Koven Paul Draper Hanns Eisler Cy Endfield John Henry Faulk Jerry Fielding Carl Foreman John Garfield Betty Garett Will Geer Jack Gilford Bernard Gordon Lloyd Gough Lee Grant Dashiell Hammett Sterling Hayden Lillian Hellman Marsha Hunt Sidney Kingsley Sam Jaffe Paul Jarrico Gordon Kahn Victor Kilian Howard Koch Charles Chaplin Howard Fast
El decliveEn la segunda mitad de los años 50 el macarthismo comenzó a declinar en los Estados Unidos. La opinión pública y una serie de decisiones judiciales incidieron en el fin del macarthismo.
Una figura clave para terminar con las listas negras fue John Henry Faulk. Conductor de una comedia radial, Faulk era un dirigente sindical de izquierda de la Federación Americana de Artistas de Televisión y Radio. Faulk fue investigado por AWARE (ALERTA), una de las empresas privadas que investigaban ciudadanos para encontrar "signos de comunismo" en ellos. Marcado por AWARE como "no apto", fue despedido por CBS Radio. A diferencia de lo que hicieron la mayor parte de las víctimas, Faulk demandó judicialmente a AWARE y ganó el caso en 1962. A partir de esta sentencia las empresas privadas de listas negras y aquellas que las usaban tomaron nota de que podían ser demandados judicialmente por daños y perjuicios. Aunque algunas continuaron, la mayor parte debieron cerrar.
Incluso antes de la sentencia en el caso Faulk, ya en Hollywood se había comenzado a desobedecer las listas negras. En 1960, Dalton Trumbo, uno de los artistas más conocidos dentro de la lista negra conocida como Los Diez de Hollywood, fue públicamente contratado para escribir los guiones de las películas Éxodo y Espartaco.
[editar] Reevaluación crítica del periodoAlgunos autores, como el politólogo estadounidense James Burnham reevaluaron a la luz de la estadística hasta qué punto fue real la represión que la cultura popular atribuye al periodo del maccarthismo, convertido por el cine y la literatura en un periodo de supuesta histeria colectiva y de terror medieval (imagen consagrada en El crisol de Arthur Miller, con la referencia de las persecuciones de Salem en 1692). Según los datos manejados por Burnham, durante la llamada «caza de brujas» no hubo ni un solo muerto, herido o torturado, ningún ciudadano arrestado arbitrariamente, encarcelado sin juicio, desahuciado, deportado, exiliado o privado de sus derechos procesales. En la misma línea, algunos intelectuales conservadores actuales como Ann Coulter lo han calificado como «el mayor mito orwelliano de nuestro tiempo» Otros, como el español Martín Alonso, lo considera «el mito fundacional de lo políticamente y correcto» y ha señalado irónicamente que McCarthy fue «la única víctima real que se cobró el maccarthismo.»
Otros autores han reevaluado el macarthismo a la luz de la represión del terrorismo en los Estados Unidos luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, encontrando una linea de continuidad entre ambos fenómenos. En su libro The Age of Anxiety: McCarthyism to Terrorism (La Era de la Ansiedad: del McCarthismo al Terrorismo, 2005), Haynes Johnson compara los "abusos sufridos por los extranjeros arrojados a las prisiones estadounidenses de alta seguridad en los inicios del 9/11" con los excesos de la era McCarthy. En el mismo sentido, David D. Cole ha escrito que el Acta Patriótica es una «resurrección de la filosofía macarthista, simplemente substituyendo "terrorista" por "comunista".»[11]

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